martes, 26 de abril de 2011

Del miedito de Pep al show de los recogepelotas

En demasiadas ocasiones el deporte deja de serlo para convertirse en un auténtico y dramático show. En el caso del fútbol esto se eleva a la décima potencia y, semanalmente, podemos observar a través de lo medios de comunicación como de un simple comentario se llenan hojas y hojas de periódicos y otras tantas horas de televisión. (Lo digo alto y claro aunque esté tirando piedras contra mi propio tejado).

Hay múltiples maneras de vislumbrar las más vergonzantes modalidades de la antítesis de lo que consideramos deporte. Una de ellas y, de las más sangrantes por lo menos para mi, es dejar a un lado el juego limpio y entrar en terrenos pantanosos que nada tienen que ver con el concepto del deporte. Un claro ejemplo de ello fue el show lamentable que se produjo en el Sanchéz Pizjuán el pasado domingo.

Que los recogepelotas pasen de tener un papel secundario a convertirse en los amos y señores de un partido de fútbol es indignante y que se vayan de rositas pagando una multa de 600 euros ya no merece comentario.

Pero igual de impropio e innecesario me parece que las respuestas de determinados entrenadores en rueda de prensa generen una onda expansiva que supera, con creces, el poder de los propios jugadores en el terreno de juego.

Ahora sí, mañana toca la tercera prueba de fuego para Mourinho, porque aquí el que tiene que demostrar algo es él. Pep no tiene porque tener miedo a perder, porque ya lo ha ganado todo.

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