Después del parón veraniego y una vez finiquitada la pretemporada toca volver al trabajo. Algunas caras nuevas y mucho de lo de siempre. Vuelta a la rutina más rutinaria nada más y nada menos que con un clásico.
En definitiva, vuelta a las polémicas de cada año, que si un ¿justo o injusto? empate, que si entradas duras más propias de full contact, que si Pepe rompiendo piernas, que si Messi bailando a las defensas que si por qué?, por qué?, por qué? que si recuerdos de un pasado demasiado reciente.
Pero no siempre el final es el esperado y a veces la vida, y en este caso el fútbol, te da sorpresas. El Madrid ha demostrado que está un nivel por encima del Barça, por lo menos a día de hoy. La intensidad de la jauría blanca en la primera media hora ha superado con creces las expectativas y ha corroborado que a los blancos le van los trofeos pequeños.
A destacar el golazo de Villa, la titularidad de Thiago y la bajada de peso de Higuaín. Pero sobre todo Karim Benzema, la nueva perseida del Real Madrid.
Lo que sobra, el mismo discurso lloroso de los madridistas, las agresiones y patadas voladoras y el teatro de unos y de los otros.
La vida sigue y el espectáculo continua, más y mejor en tres días.
En definitiva, vuelta a las polémicas de cada año, que si un ¿justo o injusto? empate, que si entradas duras más propias de full contact, que si Pepe rompiendo piernas, que si Messi bailando a las defensas que si por qué?, por qué?, por qué? que si recuerdos de un pasado demasiado reciente.
Pero no siempre el final es el esperado y a veces la vida, y en este caso el fútbol, te da sorpresas. El Madrid ha demostrado que está un nivel por encima del Barça, por lo menos a día de hoy. La intensidad de la jauría blanca en la primera media hora ha superado con creces las expectativas y ha corroborado que a los blancos le van los trofeos pequeños.
A destacar el golazo de Villa, la titularidad de Thiago y la bajada de peso de Higuaín. Pero sobre todo Karim Benzema, la nueva perseida del Real Madrid.
Lo que sobra, el mismo discurso lloroso de los madridistas, las agresiones y patadas voladoras y el teatro de unos y de los otros.
La vida sigue y el espectáculo continua, más y mejor en tres días.
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